
También se lo describe como: “círculo sagrado”.
Personas de diferentes culturas hemos encontrado en estas figuras (de forma radial, con un centro y una periferia) la manifestación de la vida, desde el macrocosmos (el Sistema Solar; Sol, l Planetas, Luna, Tierra…) pasando por elementos en nuestro planeta (tela de araña, tronco de árboles, flores, frutas, caracolas, una piedra en el agua, la rueda, cristales de nieve, lágrimas, útero donde anida la vida humana…) hasta el microcosmos (células y núcleos, átomo y sus electrones, el iris del ojo y su pupila…). Círculos y más círculos con sus centros, allí donde dirigimos nuestra visión encontramos este símbolo de lo infinito y eterno que nos conecta con nuestra esencia en una muestra de totalidad, unión e integración.
Los Mándalas han existido en todas las culturas alrededor del mundo, lo han practicado en la India, la China, los Mayas y Aztecas, los indios Cherokees en Norteamérica, y los muy conocidos Mándalas Tibetanos, y vitrales en catedrales del medioevo.
Personas de diferentes culturas hemos encontrado en estas figuras (de forma radial, con un centro y una periferia) la manifestación de la vida, desde el macrocosmos (el Sistema Solar; Sol, l Planetas, Luna, Tierra…) pasando por elementos en nuestro planeta (tela de araña, tronco de árboles, flores, frutas, caracolas, una piedra en el agua, la rueda, cristales de nieve, lágrimas, útero donde anida la vida humana…) hasta el microcosmos (células y núcleos, átomo y sus electrones, el iris del ojo y su pupila…). Círculos y más círculos con sus centros, allí donde dirigimos nuestra visión encontramos este símbolo de lo infinito y eterno que nos conecta con nuestra esencia en una muestra de totalidad, unión e integración.
Los Mándalas han existido en todas las culturas alrededor del mundo, lo han practicado en la India, la China, los Mayas y Aztecas, los indios Cherokees en Norteamérica, y los muy conocidos Mándalas Tibetanos, y vitrales en catedrales del medioevo.
La universalidad de los mándalas hizo que el psiquiatra suizo Carl G. Jung los privilegiara como expresiones probables de lo “inconsciente colectivo”. Para Jung, el centro del mándala figura al sí-mismo (Selbst), que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación.
Los talleres con mándalas son por lo tanto un camino que nos posibilitan descubrir y experimentar lo esencial de nuestra vida. Son una herramienta para el autoconocimiento y la conexión espiritual.
Taller con Mándalas:
Sábado 20 de Septiembre --inscripción conectando por email o teléfono--
Los talleres con mándalas son por lo tanto un camino que nos posibilitan descubrir y experimentar lo esencial de nuestra vida. Son una herramienta para el autoconocimiento y la conexión espiritual.
Taller con Mándalas:
Sábado 20 de Septiembre --inscripción conectando por email o teléfono--
"El secreto del mándala está en su centro. Algunas flores lo esconden pudorosamente entre sus pétalos (como la rosa). Otras lo desnudan sin tantas reservas, o de modo que podríamos considerar descarado (como la amapola). Y no sólo en las flores el lugar secreto es el centro..."
R. Dahlke
“Comprendí con claridad cada vez mayor que el mándala es el centro, es la expresión de toda vida, es la vía de la individuación.”
C. G. Jung
C. G. Jung